Cordobazo ambiental
Córdoba termina el año frustrándole a los poderes ejecutivo y legislativo la aprobación de la reforma de la Ley de Bosques. Un diciembre particular para una provincia particular.
Por Lea Ross | @LeandroRoss
Fotos: Esteban Morales y Matías Spicogna
Audios: Cobertura colectiva de medios comunitarios
Córdoba terminó el año con una movilización de alrededor de diez mil personas, en las calles céntricas de la capital. Vecinos y vecinas de distintos puntos de la zona provincial coparon el espacio urbano para repudiar el proyecto presentado en la Legislatura para modificar la actual Ley Provincial de Bosques. La última sesión de la Legislatura duró menos de lo que se esperaba, sin tratamiento alguno sobre ese proyecto. Lo que pasaría ser una aprobación inminente, todo cambio paulatinamente en el trascurso del mes de diciembre. Diciembre fue el mes que Córdoba se unió para salvar lo poco que le queda de monte nativo.
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Córdoba, diciembre de 2016
A comienzos del mes, el Poder Legislativo cordobés había concluido la redacción de un anteproyecto de ley para actualizar y modificar la Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos Nº 9814, conocida como “Ley Provincial de Bosques”, promulgada en el año 2010 y que debía actualizarse cada cinco años.
Luego de terminada la Mesa de Diálogo, a puertas cerradas y con distintas organizaciones y entidades del sector rural y académico, el proyecto fue presentado y con el afán de aprobarse antes de fin de año.
A partir de allí, distintas organizaciones sociales, ambientales, campesinas, políticas, académicas y estudiantiles emprendieron la dura tarea de juntarse para evitar su aprobación y exigir un debate serio sobre la misma, tal como lo pautan las leyes nacionales. De ahí que aunaron sus fuerzas en la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo. “Es un espacio que se conformó particularmente por la discusión de esta nueva ley, propuesta por los sectores ruralistas de avanzar en su proyecto del agro-negocio sobre el monte y las comunidades campesinas”, sentenció Diego Cabrol, integrante de la misma.
Desastre socioambiental
La provincia cordobesa tenía 12 millones de hectáreas de bosque nativo a comienzos del siglo XX. Para 2009, se redujeron a 594.000 hectáreas, según los biólogos Marcelo Cabido y Marcelo Zak. Sería el equivalente al 3,6% de todo el territorio cordobés. Si incluimos toda la vegetación arbórea remanente (arbustales, matorrales, pastizales, etc.) serían casi 2 millones de hectáreas.
La región sur ha sido acaparada por los campos de cultivos transgénicos, en especial la soja. El monocultivo sojero empujó la actividad ganadera intensiva hacia la región norte de la provincia, lugar donde se concentra lo poco que queda de monte.
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Los bosques nativos regulan el ciclo del agua, con su “efecto esponja”, que permite absorber y circular el agua proveniente de las precipitaciones gracias a la estabilidad de sus suelos y la diversidad de la flora y fauna, que también garantizan el mismo equilibro con los nutrientes y minerales, generando balances en las emanaciones de gases para la atmósfera, regulación en la temperatura y el aporte de productos naturales con riqueza nutricional, medicinal y social.
La pérdida de los bosques provoca la alteración de los suelos, provocando problemas con la circulación del agua, trayendo como consecuencia catástrofes ambientales que van desde las inundaciones a las sequías. Sin mencionar la pérdida de biodiversidad, la expulsión de comunidades campesinas y, por ende, la desaparición de culturas.
Córdoba fue la provincia con mayor tasa de deforestación durante el período 1998-2002. Hubo una pérdida del 2,93% anual del bosque nativo norte-cordobés, cuando a nivel nacional era de 0,82% anual; incluso se cree que superó la tasa del desmonte en el Amazonas de Brasil. Se trata de un total de 122.798 hectáreas desmontadas. Si nos extendemos al 2006, la provincia cordobesa padeció la mayor tasa de deforestación de todo el país. Para el período 2002-2006, la cantidad de hectáreas desmontadas fueron de 93.930.
La Ley Nacional de Bosques Nativos N° 26.331 (2007) estipula tres categorías de conservación de bosques en distintos colores: verdes (baja conservación), amarillos (mediana conservación) y rojos (alta conservación, donde el desmonte está prohibido). “En la provincia de Córdoba, se ha detectado la mayor cantidad de polígonos de deforestación con ocurrencia en la Zona Roja de Protección de Bosques, suman así 3.045 hectáreas deforestadas para este periodo del año de enero a diciembre del 2012”, señala la ONG Guyra Paraguay, quienes vienen relevando la deforestación en el Gran Chaco. Estamos hablando de desmontes ilegales.
De la “Ley de Desmonte” a la “Ley del Ecocidio”
Si las organizaciones sociales han venido calificando desde 2010 a la actual Ley de Bosques vigente como la “Ley de Desmonte”, al proyecto presentado por legisladores para reformarla directamente la califican como una “Ley del Ecocidio”.
“No hubo un proceso participativo ciudadano claro ni transparente. Hubo una mesa chica, conformada a puertas cerradas. De 18 actores que participaban, solo 2 eran de sociedad civil o de organizaciones ciudadanas, territoriales y ambientales”, señalaba Cristian Schneider, de la Coordinadora Ambiental y de Derechos Humanos de Sierras Chicas y también de la reciente Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo.
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El Proyecto de Ley, que busca reemplazar a la actual normativa, no tiene o no tuvo un mapa propio de las zonas rojas, amarillas y verdes. En sus articulados, se incluyeron la regulación de especies exóticas, borra todo lo que prohíbe el desmonte en las zonas rojas en la actual ley, no diferencia a los pequeños productores de los “productores formales”, propone que la Autoridad encargada de aplicar la ley no sea más la Secretaría de Ambiente sino el Ministerio de Ciencia y Tecnología, violando la Ley Provincial de Ambiente; permite ejercer la actividad minera en bosques nativos salteando los pasos ambientales estipulado y define a “bosques” solo a los que posee “especies arbóreas maduras”, excluyendo las vegetaciones no leñosas.
Para Alicia Barchuk, ingeniera agrónoma, acerca de las organizaciones que habían participado del debate previo al 2010 para crear la actual ley de bosques, “solamente se autoexcluyeron, justamente los que hoy están promoviendo esta nueva ley: las organizaciones rurales como CARTEZ [NdR: entidad que congrega a las asociaciones rurales de la provincia] y la Mesa de Enlace, que son los que promueven el desmonte. Porque solo acopian nuestras riquezas para unos pocos”.
Cierre del año
A pesar que sectores del partido oficialista anunciaron que el debate por la Ley de Bosques se postergaba para el próximo año, muchas organizaciones optaron por el escepticismo y decidieron mantener la realización de la marcha programada para el miércoles 28 de diciembre. La última sesión del año de la Legislatura empezó a las dos de la tarde y terminó más veloz de lo que se esperaba. El proyecto no fue tratado y se pospuso para el año próximo. Mientras tanto, miles de vecinos y vecinas disfrutaron la conclusión de la movilización con un festival musical, repleto de artistas locales, hasta la medianoche.
Un diciembre intenso, a contrarreloj, donde la presión de los intereses pautaba para que el proyecto se aprobara a como dé lugar. «El ritmo que nos imprimieron fue muy vertiginoso. Y aun así, pudimos sostener la unión que hizo la fuerza. Y que al final los que terminaron desarticulándose fueron ellos», señala la joven Agustina Gambino, vecina de San José de la Quintana e integrante de la Coordinadora, en referencia a los funcionarios que se vieron obligados a ceder frente a la presión popular de no aprobar su propio texto.
«Mi balance es completamente positivo, creo que fue una movilización realmente histórica -señala Candelaria Piemonte, también de la Coordinadora y estudiante de Biología-. Pero la única forma de que toda esta lucha valga la pena es que sigamos organizados y movilizados de acá en adelante. Esto es sólo el comienzo. Y le demostramos a la Provincia, y sobretodo a nosotros mismos, que podemos construir desde la unidad, que podemos defender nuestra Tierra y que somos un montón y más juntxs que nunca».
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Córdoba termina el año con la frustración para los poderes ejecutivos y legislativos, al no haber logrado empezar a “regular la disminución de la cobertura vegetal”, como dice el polémico proyecto. Si bien ya se sabe que volverá a ser un tema candente para el año 2017, el cuerpo de la ley ya cuenta con el rechazo de academias, fundaciones, organizaciones territoriales, jefes comunales, artistas, trabajadores organizados en el monte y más de 20000 mil firmas de vecinos que han expresado su rechazo a ese texto.
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Así como también fue el año en que Córdoba echó a Monsanto en Malvinas Argentinas, también diciembre tuvo la particularidad de que se sentenciaron a perpetua a los policías que asesinaron al joven Fernando Güere Pellico (18), abatido a tiros en el año 2014. Organizaciones territoriales y antirrepresivas declararon a este juicio como “histórico”, al marcar un antecedente judicial contra el abuso policial y, en particular, los denominados casos de “gatillo fácil”.
Para Córdoba, este diciembre de 2016 es la contracara de lo que fue el diciembre de 2013, donde los distintos barrios de la ciudad convivieron entre los saqueos y los linchamientos, en donde el desprecio racial y de clase expuso lo peor de la sociedad. Pero en este diciembre, Córdoba expuso su otro costado. Aquella en donde la unidad y la organización sorprendieron tanto a los más poderosos como a los propios organizados.
A contrapelo de la mirada reduccionista de definir a Córdoba como la provincia donde más porcentaje de votos cosechó el actual presidente, la realidad es que es un lugar cóncavo mientras que el mundo es un sitio convexo, como diría el músico local Marcos Luc. Y en esas contradicciones, se convierte en tierra fértil de luchas y resistencias.
Lectura del Manifiesto de la Coordinadora en Defensa del Bosque nativo >>
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Estupenda cobertura del cordobazo. Es otro modo maravilloso de «cubrir» . . . de proreger nuestros bosques nativos.