
4º Encuentro de UTR: La fortaleza de la organización
El pasado 16 de noviembre tuvo lugar el 4º Encuentro de la Unión de Trabajadores Rurales (UTR) en Alta Gracia. A un año de su creación, se multiplican los movimientos rurales en la provincia de Córdoba.
Editorial ECOS Córdoba
Cobertura Especial
El encuentro, que contó con una buena asistencia de organizaciones sociales de distintas regiones, se dividió en dos días, donde el sábado hubo trabajo de ponencias y los debates se centraron en la historia de las organizaciones rurales en Argentina para luego dar lugar a los principios organizativos de cada organización que integra la UTR. Por la tarde se desarrolló un taller de género con distintas escenificaciones del rol de la mujer en la ruralidad. Mientras que el domingo estuvo dedicado por entero al debate sobre las luchas a través de la historia en Latinoamérica, en el marco de la reconstrucción de la historia de las luchas en nuestro país.
Los últimos años de gran trabajo comunitario y social, han sido claves para permitirnos dar ese paso importante en el tránsito de cambios de hábitos, fuentes de trabajo, formas de vida, el volver a conectarnos con la naturaleza y la propia agricultura, que nos asegure el alimento, los recursos y nos encuentre en la práctica del modelo productivo que necesitamos.
Con cuatro encuentros consecutivos y con solo un año en movimiento, la Unión de Trabajadores Rurales, incia en la provincia un camino de expansión rural en distintos territorios de Córdoba. Desde los año 70 el campo ha girado hacia políticas desarrollistas colonizadas por el modelo industrial. La hemorragia migratoria, – como la denomina Avelino Hernández- tiene un significado profundo en nuestro país, el desarraigo de la vida rural. De aquél entonces como bien lo describe Hernández, el estado de ánimo ha sido la impotencia, el pesimismo y la resignación. Claro, cabe agregar para un sector que se hace bien de abajo, quienes por mucho tiempo han sufrido la pérdida de este saber fundamental, como el alejamiento de sus propios orígenes y sus familias.
En este camino de recuperación de la tierra, el trabajo, la salud, la cultura y de saberes, se da en Alta Gracia en dos jornadas de formación e intercambio, aires de cambio, que vienen a trascender los límites territoriales. Articulación política para la gestión de infraestructuras que posibiliten dar lugar a la proyección cooperativa, tan necesaria como demorada, la recuperación del alimento, la tierra para vivir, cuidar y trabajar.
Los procesos históricos seguirán siendo contruídos en primera persona y en relatos sociales colectivos tan importantes, como lo describieron en el encuentro rural, Desde las Ligas Agrarias a nuestros días. Con un importante papel protagónico, mujeres rurales en su proceso de recuperar la palabra, sus tiempos, sus ganas, lxs niñxs y su espacio, con una cultura autóctona a conservar y restaurar, conciencia para crear y para producir, como de alguna manera lo define el español Alvino Hernández. Y es que estamos atravesadxs por un mandato patriarcal y colonial, del cual hacernos cargo requiere de organización y autodeterminación de las propias células.
“ No permitamos que nos digan nunca más desocupados y desocupadas, porque estamos muy ocupados en dar vida, comunidad y libertad”.
Para finalizar se realizaron puestas en común como parte de los movimientos de regeneración de las áreas rurales como sucribe A. Hernández, una posibilidad de arraigo aludiendo a nuevas posibilidades de desarrollo aún más organizado. No bastaron con palabras de agradecimiento para lo vivido, voces múltiples de intercambio por la esperanza, para trascender a una violencia que no nos contiene y en ese devenir consciente se inicia la búsqueda de otros modos de vidas posibles, donde nos conmueve la razón y el espíritu de igualdad. Una historia colectiva que abraza a generaciones completas y sectores diversos, ante una necesidad urgente de generar proyectos autónomos.
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