
El desafio de Marcos Juárez
El nuevo intendente deberá manejar un municipio con enorme peso en el sector productivo, pero con una trágica contracara en toda la localidad.

Pedro Dellarossa (el segundo de la izquierda) es el nuevo intendente de Marcos Juárez. Ph: Facebook Héctor Baldassi.
Por Lea Ross | @LeandroRoss
Las elecciones en la ciudad de Marcos Juárez atrajeron la atención del país por dos razones. La primera, porque se recurrió al sistema de voto electrónico, un método de sufragio de dudosa invulnerabilidad. Y el segundo, porque fue el experimento que realizaron por primera vez una alianza entre el PRO y la UCR. El resultado fue positivo para ellos. Pedro Dellarrosa ganó la intendencia por el 36% de los votos.
Habrá que esperar en breve si el nuevo jefe comunal podrá concretar aquel proyecto que beneficiaría a sus vecinos que tanto proclama. Sobretodo en una localidad que pesa sobre ella dos caras de una misma moneda.
Ya que Marcos Juárez es la localidad cordobesa con mayor tasa de mortalidad por cáncer de la provincia. Así lo revela el famoso “Informe sobre cáncer en la provincia de Córdoba 2004-2009”, realizado por el Hospital Oncológico, en conjunto con el gobierno provincial. En números: 229,8 por cien mil habitantes. El promedio provincial es de 160,8. Una cifra comparativamente elevada, que se encuentran en tierras rodeadas de soja y maíz, cuyo centro capital los desarrollos en mejoras de tecnología agropecuaria se encuentran al orden del día. Incluso, hasta exportando maquinaria agrícola al gobierno de Sudáfrica.
En febrero de 2011, salió publicado un estudio realizado por científicos de la Universidad Nacional de Río Cuarto, en colaboración con el Centro de Atención Primaria de la Salud de Marcos Juárez. El estudio se llama “Evaluación del daño genético en pobladores de Marcos Juárez expuestos a plaguicidas: estudio de un caso en Córdoba, Argentina”.
Este trabajo se realizó mediante testeos y análisis de sangre a 32 pobladores de la región; la mitad de ellos dedicados a la actividad agrícola. El estudio reveló una mayor presencia de aberraciones cromosomáticas en ambas poblaciones, en comparación a los valores de referencia del laboratorio, pero ligeramente mayor al grupo que se dedica a las aplicaciones con agroquímicos. “Estas observaciones coinciden con la mayoría de los estudios realizados donde se evidencia una asociación positiva entre la exposición a una mezcla compleja de plaguicidas y la presencia de aberraciones cromosómicas”, resalta el estudio.
A su vez, los niveles de daños genéticos son mayores para aquellos aplicadores agrícolas que pasan más tiempo en exposición con plaguicidas. “Esto significa que los trabajadores agrícolas expuestos a plaguicidas tienen mayor probabilidad de que el daño genético encontrado al momento del estudio, pueda volverse irreversible por la saturación de los sistemas de reparación del ADN y en el futuro desarrollar diversos tipos de cáncer”, sentencia el informe.
De hecho, el caso de las fumigaciones en Marcos Juárez sirvió como aporte testimonial para el documental Nonsanto, presentado el año pasado bajo el apoyo de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Córdoba, y el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Córdoba. (Veasé Nonsanto, el documental).
Hace tiempo que en Marcos Juárez se está por verse si se lanza o no una ley de resguardo ambiental, que marque una zona de restricción para las pulverizaciones. Hasta ahora, no ha habido avances al respecto. Quizás, los intereses sectoriales provocan una democracia tan vulnerable como el voto electrónico.
Aquí, el informe completo >>
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