
Basureados
El intendente Ramón Mestre firmó el decreto para el servicio de recolección de residuos en la ciudad. Un negocio que podría llegar a los 840 millones de pesos. Los nombres de las empresas involucradas. Números y poder.
Por Lázaro Llorens (*).
Finalmente, luego de injustificados retrasos y en medio de acusaciones de la oposición, la semana pasada el intendente Ramón Mestre firmó el decreto para licitar el siempre polémico servicio de recolección de la basura de la ciudad de Córdoba. Se trata de un contrato jugoso, el más oneroso del municipio, que hoy ronda los 840 millones de pesos al año. Casi en paralelo, el mandatario cordobés confirmó también la prórroga del contrato a las actuales recolectoras Lusa y Cotreco, dos empresas que gracias a él ingresaron por la ventana al negocio de la basura, mediante una contratación directa, y que hoy embolsan unos 60 millones de pesos mensuales.
De este nuevo llamado a licitación de la basura, que debe consumarse en 75 días, y que según el concejal Esteban Domina es un “traje a medida de los actuales prestadores Lusa y Cotreco”, el aspecto más relevante y controvertible es que el nuevo esquema de recolección que propone el intendente radical no tiene absolutamente nada de nuevo, dado que es una continuidad del vetusto esquema basado en la recolección masiva de basura en manos de una o dos empresas operadoras, y su posterior enterramiento en un predio del Estado. Y para lo que es peor, este predio de enterramiento, en el cual se piensan depositar unos 24 millones de toneladas de basura, estará ubicado en las inmediaciones de Bouwer. Una localidad ubicada al sur de la ciudad, a un costado de la Ruta 36, que en estos últimos 30 años ha recibido unas 14 millones de toneladas de basura, con vertedero viejo sin remediar (vertedero de Bouwer) y uno activo (vertedero Piedra Blanca), hechos que entre otras cosas les ha provocado a sus vecinos olores nauseabundos, malformaciones congénitas en los animales, y una tasa de mortalidad infantil y perinatal que es el doble de la provincial.
Específicamente, para indignación de los vecinos de Bouwer, el nuevo potrero del Estado donde las empresas recolectoras depositarán la basura que recolecten en la ciudad de Córdoba y otra decena de municipios aledaños durante los próximos 50 años, y que ya ha sido expropiado, está a 17 kilómetros de la ciudad de Córdoba, sobre la ruta 36, a 600 metros de donde funcionaba el viejo vertedero de Bouwer clausurado en el 2010. La decisión de ubicarlo allí estuvo a cargo del intendente Mestre y su asesora en términos ambientales Gabriela Faustinelli, ex asesora de Cotreco y Roggio, a partir de un informe realizado por la Universidad Nacional de Córdoba por encargo de Mestre.
“Es lamentable. Pienso que están locos. Tenemos el viejo basural sin remediar y ahora nos van a poner otro a menos de 600 metros”, comentó, ante Veintitrés, con bronca en su voz, doña Isabel, una conocida vecina de Bouwer, quien no piensa bajar los brazos ante esta nueva iniciativa del municipio cordobés. “Los recuerdos del anterior basural son horribles. Teníamos que vivir encerrados, no se podía estar. Ahora imagínate con dos basurales, es cavarnos la fosa. Si quieren matarnos, manden unos cuantos soldados con una ametralladora y mátennos. Pero, ¿por qué vienen a poner más basurales? ¿Hasta cuándo van a elegir la zona sur?”, reclama Isabel.
Sus palabras son asentidas por Juan Luppi, intendente de Bouwer, y una de las caras más visibles de esta lucha contra los vertederos. “Yo me opuse al viejo basural porque en el pueblo no se podía aguantar más el olor. Los chicos iban a la escuela y tenían que volver por los vómitos. Ahora, aunque este nuevo basural no está dentro de mi radio, me opongo también porque está a sólo 3,5 kilómetros de nuestra ciudad. Encima va a ser mucho más grande que el anterior y está previsto para 50 años. En el viejo no terminaron de completar 104 hectáreas, en cambio este será de 275 hectáreas. Es decir, va a ser casi el triple del viejo, que lo tuvimos activo durante 28 años, y aunque hace tres años que se cerró, aún no se ha remediado. Como ingresó el último camión, así quedó”.
Basura mortal. En estos últimos 13 años (2000-2012), la tasa de mortalidad infantil de Bouwer fue de 22 por mil. Esto es el doble de la tasa de la provincial, que fue de 11,1 por mil. Respecto de la mortalidad perinatal (bebés nacidos muertos y muertes neonatales tempranas) la tasa fue de 25,2 muertes por mil, lo cual representa dos veces y media la mortalidad perinatal media de toda la provincia que alcanzó el 10,5 por mil.
Estas alarmantes cifras surgen de un informe elaborado por Funam (Fundación para la Defensa del Ambiente) y la Municipalidad de Bouwer, titulado “Tasa de Mortalidad Infantil y Perinatal en Bouwer”. En él se señala que las causas de este desvío respecto de los indicadores medios de la provincia, están directamente relacionadas con los millones de toneladas de basura enterrada en Bouwer, cuyas secuelas perduran hasta el día de hoy. “Durante 28 años el vertedero de Bouwer recibió más de 12 millones de toneladas de basura procedente de la ciudad de Córdoba y otras 17 comunas y municipalidades. Lamentablemente esos residuos se dispusieron en 9 fosas, 8 de las cuales carecen de membrana, con lo cual sus lixiviados contaminados pueden trasladarse libremente al subsuelo y las aguas subterráneas. Sobre la fosa 9 –que sí posee membrana– los residuos fueron desaprensivamente acumulados superficialmente, lo cual generó una gigantesca montaña con 900 metros de largo y 300 metros de ancho que llegó a tener más de 35 metros de altura”, dice lapidariamente el informe.
Además, en la investigación de Funam y la comuna de Bouwer se denuncia la falta de remediación del viejo vertedero, que estará a escasos metros del nuevo que proyecta radicar Mestre. “Lamentablemente, desde su cierre ese vertedero nunca fue remediado (la Municipalidad de Córdoba y Cormecor pretenden hacer una mera clausura), con lo cual sigue y seguirá contaminando el suelo y las aguas subterráneas con lixiviados, y el aire con compuestos orgánicos no metánicos (CONM), muchos de ellos tóxicos y cancerígenos” dice el informe.
Una inmensa montaña de basura que se ve desde la Ruta 36, montón de basura desperdigada en el predio, construcciones arrumbadas y abandonadas, son hoy las muestras evidentes y palpables de algunas de las denuncias expuestas por Funam y la comunidad de Bouwer. “Desde el punto de vista técnico esta zona es una de las más contaminadas de la provincia de Córdoba y una de las más contaminadas a nivel nacional”, recalca ante esta revista el biólogo Raúl Montenegro, presidente de Funam, profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, y uno de los autores del informe. “El vertedero cerrado en el 2010 tiene estimativamente 12 millones de toneladas de basura almacenada. Relativamente cerca se encuentra el actual vertedero Piedra Blanca, donde hay unas otras dos millones de toneladas más. Y ahora se pretende localizar, a 600 metros, otro vertedero para almacenar durante 30 años otros 24 millones de toneladas de basura. Con lo cual, si vos sumás, serían casi 40 millones de toneladas de basura que habrá en la zona”, detalla el conocido biólogo cordobés que acompaña, con su mujer y bebé, la lucha de la comunidad de Bouwer.
Sus concusiones científicas no hacen más que despertar la indignación de los vecinos de Bouwer, entre ellos Mónica, una joven de 30 años, conocida militante anti-vertederos, cuya vivienda está ubicada a la vera de la Ruta 36 casi pegada al viejo vertedero. “Nosotros estamos acostumbrados a vivir rodeados de basura. Pero igual no queremos más basura, ni de la ciudad, ni del interior, ni de nadie. Estamos podridos de vivir entre la basura. No queremos seguir siendo el patio trasero de la ciudad de Córdoba”, reclama Mónica. “Antes de volver a vivir lo que vivimos con el otro basural, te digo la verdad, prefiero morirme. Prefiero ponerme un arma en la cabeza y volarme la cabeza. Porque no quiero volver a pasar por lo mismo. Ya lo aguanté durante 30 años y no lo voy a aguantar un día más. Se sentía olor a podrido las 24 horas del día. Tenías que estar en tu casa, encerrada, con sahumerios, desodorantes de ambiente, ratas, moscas, e insectos de lo que busques”, advierte.
La indignación llega incluso a los propietarios del campo de 270 hectáreas donde irá el nuevo vertedero, a quienes sin decir agua va les fue expropiado por la provincia, mediante una ley aprobada por legisladores radicales y peronistas. “A nosotros nos cae como el culo la expropiación. Mi familia hace años vive en estas tierras. El campo era de mi abuelo. Por eso que vengan y te saquen así de tu casa, sin siquiera un diálogo, es un avasallamiento terrible”, comenta Miguel, productor agropecuario.
La decisión. Fue la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) a través de su Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA) la que determinó este predio de Bouwer como “apto” y “óptimo” para radicar el nuevo vertedero. Por eso en esta localidad también hay enojos y reclamos contra la casa de altos estudios de Córdoba y su rector Francisco “Pancho” Tamarit. Lo hizo a partir de un informe financiado por Mestre, titulado “Análisis de sitios para el Centro de Tratamientos y Disposición Final para los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de la Ciudad de Córdoba”, que entre algunos datos interesantes señala que cada habitante de la ciudad de Córdoba produce 1,5 kg de basura por día, que en un futuro puede llegar a 2 kg. Por ello la altura promedio que puede alcanzar el nuevo predio de enterramiento de Bouwer puede ser de 20 metros promedio, demostrando que el viejo esquema de recolección y enterramiento masivo de basura continuará.
Además, en el informe de IESA, por el cual Mestre pagó 500 mil pesos, demostrando que lo principal a resguardar en el nuevo vertedero es la ecuación económica, se destaca que “dada la gran cantidad de viajes diarios que se realizarán al predio de disposición final, el ahorro de 15 minutos en un viaje en ida y vuelta, durante toda la vida útil del predio, tiene una muy importante significación económica, por lo que deben extremarse los esfuerzos para obtener un lote adecuadamente ubicado desde la perspectiva del transporte”.
“Los vertederos no son inofensivos. Son de alto riesgo. Acá, en toda la zona de Bouwer, a muy poca distancia, tenés el potrero cerrado en el 2010, tenés el vertedero nuevo (Piedras Blancas) y un nuevo proyecto colocado al lado. Con lo cual, yo te diría que si vos tenés que elegir el peor lugar de todos en la provincia de Córdoba para poner un vertedero, este es el peor lugar. Por eso creo que solamente un equipo mediocre puede considerar esta zona como ‘óptima’ y ‘apta’ para que funcione el vertedero”, increpa el biólogo Montenegro, docente de la UNC e integrante del IESA. “En todo el estudio de sitios, en ningún momento consideraron dónde había ya vertederos de basura. Sólo analizaron algunos aspectos ambientales menores y los costos”, añade, dejando en evidencia que para el municipio, como desde hace años, la basura es y será con la nueva licitación un gran negocio.