
El estudio de Monsanto en Río IV: “Una mediocridad increíble”
El biólogo Raúl Montenegro y Nelso Doffo, del Observatorio de Conflictos Socioambientales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, dijeron que el documento es nulo porque se presentó una vez construida la planta y tiene graves falencias técnicas.
Luego de que el intendente Juan Jure rechazara la instalación de la planta de Monsanto en Río Cuarto, especialistas analizaron que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que la multinacional entregó a Edecom carece de validez legal por haber sido presentado después de la construcción de la planta. A la vez, expresaron que el documento tiene graves deficiencias técnicas: “Es de una mediocridad increíble el estudio que ha presentado Monsanto”, aseguró el biólogo Raúl Montenegro, presidente de Funam.
Más allá de que el intendente aclaró que el rechazo a la multinacional era una decisión política para garantizar la paz social, también se informó que el Estudio de Impacto Ambiental de la planta experimental de semillas construida al sur de la ciudad fue desaprobado por Edecom.
Tanto Nelso Doffo, del Observatorio de Conflictos Socio Ambientales de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), como Montenegro, explicaron que en realidad tal estudio carece de validez legal. Es que las normativas nacionales, provinciales y municipales exigen que el mismo sea presentado antes de la etapa de construcción, mientras que en este caso el estudio fue entregado al municipio la semana pasada, cuando la obra ya estaba terminada.
Pero, además, luego de haber analizado el documento a pedido de la Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos, los profesionales señalaron que el EIA no contiene información esencial requerida en estos casos, tales como el tipo de semillas que se pretendían utilizar. También destacaron irregularidades y falta de precisión en cuanto al manejo de agroquímicos que se planteaba hacer en el predio, entre otras falencias. A la vez, relataron que el propio estudio, elaborado por una consultora a pedido de la empresa, reconoce que Monsanto no cuenta con aceptación social en la ciudad.
Según figura en el EIA, en la planta se pretendía poner en funcionamiento un centro experimental de investigación y mejoramiento de variedades de soja y maíz que serviría para hacer estudios comparativos en campos de la región, ubicados en un radio de 250 kilómetros a la redonda de la ciudad de Río Cuarto.
Después de la construcción
“Cuando se presenta un Estudio de Impacto Ambiental, en base a normativa nacional, provincial y obviamente también en la Municipalidad de Río Cuarto, es previo a la realización de cualquier paso o acción que tenga que ver con la obra o con la iniciativa. Y en este caso se trata de un EIA de una estación experimental que ya tiene la obra realizada, por lo cual queda totalmente inválido”, explicó Montenegro. Y agregó que “lo que es más curioso es que esto se ha reconocido en el propio estudio de impacto ambiental”.
En el mismo sentido, Doffo dijo que legalmente se debería empezar a construir una vez que la empresa posee la licencia ambiental garantizada por la aprobación del aviso de proyecto y el EIA. De esta manera, en el caso de Monsanto, la etapa de construcción de la planta no fue evaluada.
En cuanto a las falencias técnicas del documento, el presidente de Funam aseguró: “Desde ya uno puede inferir impacto porque el estudio carece de los datos mínimos que tiene que tener un EIA, por ejemplo no indicar cuáles son los tipos de semillas que se van a manejar, por ejemplo qué eventos transgénicos son los de soja o cuáles son las variedades de maíz”.
Por su parte, el geólogo de la UNRC también cuestionó este aspecto y agregó que conocer el tipo de semillas con que se pretendía trabajar en la planta sería un dato indispensable teniendo en cuenta la controversia que actualmente generan los transgénicos en la población.
Uso de agroquímicos
A la vez, los especialistas denunciaron falta de precisión y posibles impactos negativos en cuanto al uso de agroquímicos que la multinacional pretendía hacer en el predio.
En primer lugar, el propio estudio afirma que el emprendimiento se va a inscribir en el Registro de Generadores de Residuos Peligrosos: “Si ellos consideran que son generadores de residuos peligrosos hay una parte que deberían explayar más”, dijo Doffo, ya que, por ejemplo, no se realiza una revisión de los efectos de las sustancias a utilizar.
Además, el geólogo informó que en la planta se pretendían usar distintos herbicidas, insecticidas y cura semillas, entre ellos Clorpirifos, un agroquímico “muy controvertido y observado por investigadores de la universidad, que está siendo fuertemente cuestionado”.
Por su parte, Montenegro indicó que el estudio no plantea ninguna información sobre la “línea base”, es decir sobre la situación ambiental y la contaminación preexistente en el lugar donde se va a desarrollar la actividad.
“Esto es gravísimo porque ni siquiera se indica cuál es la existencia previa de plaguicidas en suelo o a nivel de otros ámbitos. No solamente que no tiene línea base, que no considera cuáles son las semillas que se van manejar sino que respecto a las sustancias químicas y agregados no hay ningún tipo de análisis”, advirtió.
Incluso, el biólogo dijo que si se tratara de una empresa que funcionara responsablemente, el EIA también debería describir cómo se relacionaría la actividad de la estación experimental de Río Cuarto con la planta que se pretende instalarse en Malvinas Argentinas, además de evaluar el impacto que tendría la producción de semillas de este tipo para el modelo productivo de la provincia.
“Creo que la Municipalidad de Río Cuarto, la comunidad de Río Cuarto no se merece que Monsanto presente trabajos tan mediocres como el que ha presentado y bajo ningún punto de vista me parece justipreciar un impacto. He quedado sorprendido de que se presente semejante estudio de impacto ambiental”, subrayó Montenegro.
“El impacto para Monsanto es devastador”, dijo Montenegro
Respecto a la definición del intendente Juan Jure de rechazar la instalación de Monsanto en Río Cuarto, el biólogo y Premio Nobel Alternativo Raúl Montenegro consideró que “es una decisión correcta, lógica y además ajustada al derecho”.
En cuanto a las repercusiones que este rechazo puede significar para la multinacional y su intención de radicar una de las plantas de producción de semillas de maíz más grandes del mundo en Malvinas Argentinas, aseguró: “Estoy totalmente convencido que el impacto para Monsanto es devastador. Si bien son dos magnitudes distintas -una es una estación experimental y la otra una acondicionadora de semillas- forma parte de una misma estrategia corporativa”.
En ese marco, declaró: “Tengo el total convencimiento de que Monsanto nunca va a funcionar en Malvinas Argentinas”.
Según Montenegro, la imposibilidad de instalarse en Río Cuarto, sumado al consenso generado por las universidades nacionales de Córdoba, Río Cuarto y la Universidad Católica de Córdoba y a las falencias técnicas cometidas por la propia empresa comprometen fuertemente el proyecto de la multinacional en la provincia.
Falencias técnicas y judiciales
El especialista enfatizó que las falencias técnicas y judiciales cometidas por la empresa son fundamentales en relación a los cuestionamientos que está recibiendo, más allá de que “la resistencia social es absolutamente necesaria”.
“Hay algo que posiblemente no se discuta tanto y me parece que tiene una importancia muy grande, que la tiene muy en claro la Asamblea de Malvinas y la Asamblea de Río Cuarto, y es el componente técnico”, indicó.
Y el biólogo agregó: “Está claro que Monsanto de alguna forma refleja su soberbia y su desprecio por las normas y la capacidad técnica de las universidades, de las ONG y hasta de las propias asambleas, presentado en el caso de Córdoba un aviso de proyecto y en el caso de Río Cuarto un estudio de impacto ambiental con un nivel técnico deplorable”, enfatizó.
Según el presidente de Funam, estas deficiencias en las presentaciones de la multinacional “están dando un indicio de la impericia de Monsanto para manejar sus plantas” una vez que se encuentran en funcionamiento.
La decisión del municipio
En estas condiciones, el biólogo valoró positivamente la decisión del intendente de Río Cuarto y reiteró que la presentación del Estudio de Impacto Ambiental de Monsanto era improcedente, ya que se estaba violando la ley al no haberlo presentado antes de construir la obra.
“Lo más correcto en estos casos es justamente marcarle los puntos a esta empresa y que se dé cuenta que la Municipalidad de Río Cuarto y la comunidad y las leyes están allí y tienen que ser cumplidas a rajatabla”, concluyó.
El funcionamiento de la planta habría implicado la expansión de la frontera agrícola en la región
La puesta en funcionamiento de la planta experimental que Monsanto pretendía instalar en Río Cuarto se habría traducido en una expansión de la frontera agrícola en la región e incluso en otras provincias. Así lo indicó el geólogo Nelso Doffo, del Observatorio de Conflictos Socio ambientales de la UNRC, quien luego de analizar el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa señaló que las semillas de soja y maíz allí desarrolladas se iban a usar para sembrar en “tierras donde nadie aconsejaría el monocultivo”.
El estudio de la polémica multinacional establece que el centro experimental “servirá de base a los equipos que conducen ensayos comparativos de rendimiento en cultivares en localidades comprendidas en un radio de 250 kilometros de la ciudad de Río Cuarto”.
De esta manera, el impacto ambiental de la actividad hubiera excedido ampliamente los efectos generados en el predio de la planta. “Esto quiere decir que es muy probable que las semillas que sacarían acá se terminarían sembrando, por ejemplo, en el sur de San Luis”, explicó Doffo. Y agregó que por la distancia establecida en el estudio, los ensayos podrían incluso llegar al límite con la provincia de Mendoza.
Según el geólogo, a través del centro experimental que finalmente fue rechazado se iban a desarrollar variedades de semillas de soja y maíz resistentes a la sequía, las cuales se habrían utilizado en regiones con suelos no aptos para el monocultivo y “con serios problemas de estabilidad”.
En ese marco, dijo que es necesario considerar el impacto estratégico que este tipo de emprendimientos involucra, tanto en otros territorios como a lo largo del tiempo. Esta variable, de hecho, es exigida en diversos países de Europa como parte de los estudios de impacto ambiental.
Así, Doffo consideró que la decisión respecto a la instalación de Monsanto en Río Cuarto también “tiene que ver con cómo Río Cuarto lidera el desarrollo en la región”. “Está bien que haya desarrollo agrícola ganadera, está bien que la región necesita industrializarse, eso no lo estamos discutiendo, lo que sí tenemos derecho a decir es qué tipo de desarrollo y crecimiento queremos”, sostuvo.
Gentileza: El Puntal de Río Cuarto.