
Las tres leyes doradas para las multinacionales semilleras en Chile
Luego de que se retirara de la discusión parlamentaria la llamada “Ley Monsanto”, las organizaciones chilenas celebran pero se mantienen alertas y en lucha. No cesarán su combate contra las tres normas que favorecen al monopolio de las multinacionales semilleras y atentan contra la biodiversidad.
Por Lucio Negrello (@lucionegrello)
La disputa de Chile, en relación al uso de semillas, tiene su comienzo en la incorporación del país a la Unión internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV). Dicha organización, revisó su texto por última vez en 1991, y es en el intento de adecuación a esta nueva normativa que se desarrolla el conflicto. En ella se estipula una serie de reglas para la privatización de las semillas, la creación de la propiedad intelectual de las mismas y su posterior comercialización.
En el año 2009, se ingresó el proyecto para adherir a este convenio y el mismo fue aprobado por el congreso chileno. Sin embargo, para poder ponerlo en vigencia y ratificar el acuerdo, es necesario derogar la actual Ley de Semillas (19.342) y crear normativas que se adecuen al mismo. Es por ello que, en su mandato anterior, Michelle Bachelet presentó, junto con la adhesión al UPOV 91, el Proyecto de Ley de Obtentores Vegetales, más conocido como “Ley Monsanto”.
Joel Gonzalez Vega –miembro del colectivo socioambiental Tierra Nueva– y Lucía Sepúlveda Ruiz –miembro de la Red de Acción Plaguicida y sus Alternativas– explican cuales son las consecuencias de que estos proyectos entren en vigencia:
Después de cuatro años de ardua lucha, las organizaciones sociales lograron que el proyecto sea bajado de la discusión parlamentaria. Sin embargo, se mantienen alerta, ante la posibilidad de que se presente un nuevo proyecto para validar el convenio. Joel Gonzalez sostiene que existe la posibilidad de que un nuevo proyecto sea presentado y por ello las organizaciones continuan en alerta:
Hasta este momento, Chile produce transgénicos sólo para exportar. Pero el tercer proyecto que esperan ver aprobado las multinacionales es la Ley de Bioseguridad, que permitiría que los productos transgénicos también sean para el mercado interno.
Lucía Sepúlveda concluye que estos tres proyectos son inseparables y estratégicamente presentados para favorecer a las multinacionales semilleras:
De esta forma, queda evidenciado como el lobby de las multinacionales mueve proyectos legislativos completos, que siguen un plan sistemático para llevar el modelo extractivista a su máxima expresión. En este camino, con la complicidad del poder político de turno, avanzan sobre los derechos básicos y fundamentales de las poblaciones, para las cuales la única oportunidad de resistencia es la lucha y la organización social.
Documentación anexa:
Proyecto de adecuación al UPOV 1991
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