
El Gobierno busca acuerdos para sancionar el Plan Agroforestal
El martes pasado, distintas comisiones de la Legislatura comenzaron a dar tratamiento a un proyecto de ley agroforestal. ¿Cuáles son los puntos principales de esta iniciativa?
Por Lucía Guadagno | @luciguadagno
La reunión en la Legislatura duró tres horas. El secretario de Agricultura de la Provincia, Juan Cruz Molina, junto con el director de Producción Agrícola, Marcos Blanda, explicaron ayer a un grupo de legisladores los detalles y objetivos del proyecto de ley para crear el Plan Provincial Agroforestal. Un proyecto que, si bien incluye entre sus propósito el enriquecimiento del bosque nativo, en concreto dedica la mayor parte del articulado a facilitar la plantación de árboles con fines comerciales. Plantaciones que ofrecen servicios ambientales como la absorción de agua y de dióxido de carbono, pero que al mismo tiempo son, en su mayoría, monocultivos con uso de agrotóxicos, sin ningún tipo de biodiversidad.
Tras la reunión de ayer, el oficialismo modificó el borrador del proyecto, que por estas horas es analizado por los distintos bloques legislativos, universidades, ONGs y la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo.
En un principio, este nuevo proyecto de Plan Agroforestal (los anteriores más cercanos fueron en 2011 y 2013) fue presentado junto con la modificación de la Ley de Bosques y una iniciativa vinculada a la agricultura familiar.
Caída la posibilidad de tratar la reforma de Ley de Bosques y el nuevo mapa de ordenamiento territorial hasta después de las elecciones (por la resistencia social que generó ese proyecto) el oficialismo busca ahora consensos para avanzar con el Plan Agroforestal. En ese sentido, afirma que nada tiene que ver esta iniciativa con el ordenamiento territorial del bosque nativo.
“Desde un principio dijimos que una ley no se relaciona con la otra. La provincia necesita por un lado, una norma para estar de acuerdo con la Nº 26.331 (Ley Nacional de Bosques). Por otro lado, esta ley es una iniciativa de forestación en la que el uso múltiple del recurso es la propuesta para forestar o reforestar zonas donde no hay forestación”, dijo Molina. Y sostuvo que el plan sólo se vincula con la Ley de Bosques en cuanto a la promoción del enriquecimiento del monte nativo.
Acompañaron la presentación integrantes de la denominada Mesa Forestal de la provincia: Gabriel De Raedemaeker, presidente de Cartez; Daniel Cavallín, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Córdoba; Ramón Orecchia, director del Inta Manfredi; Omar Plevich, de la Universidad Nacional de Río Cuarto, y Alejandro Seyfarth y Luis Arguello Pitt, representantes de la Cámara de la Maderade Calamuchita, entre otros. También participó Esteban Zupan, delegado del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
Hay dos cuestiones significativas en el contexto de la presentación. Una es el anuncio del gobernador Juan Schiaretti, en abril pasado, de un acuerdo con Misiones para que esa provincia transfiera tecnología a Córdoba con el fin de producir plantines in vitro y forestar 150 mil hectáreas con 30 millones de árboles. Otra, es la existencia de la Ley Nacional Nº 25.080, de Inversiones para Bosques Cultivados. La norma incentiva las plantaciones comerciales con subsidios y exenciones impositivas, como el impuesto inmobiliario de la superficie cultivada, ingresos brutos, y sellos, entre otros. La promoción vencía en 2009 pero fue prorrogada por otros diez años.
Puntos principales del proyecto
Enriquecimiento del bosque. Uno de los primeros artículos cuestionados por la oposición fue el que definía al enriquecimiento del bosque nativo como la plantación de “especies forestales de alto valor comercial, nativas o exóticas”. De inmediato, Marcos Blanda respondió que ya habían recibido objeciones sobre ese punto por parte del Colegio de Ingenieros Agrónomos, entre otras instituciones, y que estaban dispuestos a cambiarlo.
De hecho, este miércoles, el oficialismo dio a conocer el proyecto modificado. Y uno de los cambios es ese. Ahora, al hablar de enriquecimiento del bosque nativo, el nuevo borrador dice: “Es la técnica de restauración destinada a incrementar el número de individuos, de especies o de genotipos en un bosque nativo, mediante la plantación, siembra o regeneración natural de especies forestales autóctonas entre la vegetación existente de una masa arbórea total o parcialmente degradada o de baja densidad”.
Confusión entre lo ambiental y lo comercial. La oposición planteó que no queda claro en el proyecto cuándo se habla de forestación para preservar ambiente y cuándo se habla de plantaciones comerciales para la generación de madera, celulosa o energía.
Obligación de reforestar. El proyecto da un plazo de 10 años a los productores rurales para tener en sus campos como mínimo un 1 (uno) por ciento de “cobertura vegetal o arbórea de forestación”. Y les da tiempo hasta el 30 de junio de 2018 para presentar su plan de forestación.
Masas arbóreas. Relacionado con el punto anterior, en la nueva versión del proyecto se incorporó una propuesta que desarrolló durante la reunión el ingeniero agrónomo Omar Plevich, de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Se trata del Mecanismo de Agregación de Masa Arbórea. En síntesis, lo que hace es dar la posibilidad a un productor de que, en lugar de forestar un 1 por ciento de su campo, compre un 1 por ciento de plantación forestal en otro lugar.
Esos lugares, que concentrarían los cupos forestales de distintos productores, serían las masas arbóreas agregadas. El propósito es “otorgarle más flexibilidad a los propietarios de inmuebles para cumplir con la obligación (de forestar)”, indica el proyecto. Los productores entonces, pueden comprar una “cuota parte transferible” de superficie forestada en un campo distinto al suyo para cumplir con la ley. El único límite es que debe ser una masa arbórea dentro de su pedanía.
Ante la consulta de ECOS Córdoba sobre en qué medida contribuirá al ambiente la creación de esas masas arbóreas si se tratan de monocultivos forestales con uso de agrotóxicos, Plevich respondió en dos aspectos. Uno es la regulación del agua, con la consecuente depresión de napas freáticas y prevención de inundaciones. El otro, con la absorción de carbono. Pero reconoció que este tipo de plantaciones no tienen biodiversidad. “Para preservar la biodiversidad también proponemos conservar el monte nativo y los pastizales donde los haya”, dijo.
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